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Pregunta odiosa. ¿Cómo definiríais vuestras canciones?

La pregunta es difícil de contestar y siempre que puedo se la paso a otra persona que haya escuchado nuestro trabajo. Suelo decir que hacemos pop con algo de improvisación y experimentación, esta última parte es la que queremos desarrollar más en los directos  pero vamos poco a poco.
Dependiendo de la propuesta y el lugar donde toquemos adaptamos un poco el repertorio. Por ejemplo, el año pasado tocamos dentro de la programación de Los Martes Experimentales que organiza Piovra, por lo que decidimos reducir repertorio, ampliar las partes de improvisación e introducir grabaciones de campo, programaciones y otros elementos preparados especialmente para ese concierto.

En otras ocasiones hemos hecho directos basados en la improvisación instrumental como en Función Lenguaje durante una lectura de Beckett o la sonorización en directo del cortometraje Verbenas (para el que compusimos la banda sonora), durante el festival de cortos La Muestrita.
Si escucháis los trabajos de Bandcamp podréis encontrar un poco de todo.


La cabeza pensante del proyecto en un principio eras tú,

pero ahora que os habéis asentado más como grupo, ¿qué papel juega cada uno?
En realidad más que asentarse como grupo, ELM es un proyecto que ha crecido. Sigo manteniendo el trabajo y las publicaciones en solitario pero la parte más importante es el quinteto que formamos. A veces llego a los ensayos con una idea previa en cuanto a arreglos y estructura, otras veces sólo llevo la idea para guitarra. En ambos casos todos aportamos cosas, hacemos críticas, hablamos sobre el tema y lo estructuramos... El resultado final es una mezcla de todos nosotros.


Habéis tocado en sitios bastante curiosos. Contadnos alguna anécdota.
Una vez tocamos en un pequeño parque que está cerca de Moncloa, con mucho calor, hormigas y chicharras de fondo. El concierto acababa con un picnic entre músicos y asistentes donde Lorena Álvarez se animó a tocar unos cuantos temas acompañada de la percusión japonesa de Isabel Romero (Seiwa Taiko). En ese mismo concierto descubrimos a Fee Reega que también nos encanta.

Todas las ediciones de Conciertos mínimos están organizadas por ¡JA! y son diferentes experimentos en lugares inusuales con el público y los músicos muy cerca. En otra edición de Conciertos Mínimos tuvimos el placer de acabar nuestra actuación improvisando durante unos 10 minutos con miembros de Marcus Doo & the Secret Family, Narcoléptica, El Coro de Mujeres del Molino, En busca del pasto y The Secret Society. Éramos unos 20 músicos en el escenario y no recuerdo una experiencia igual. Este final quedó grabado y decidimos introducirlo en "Campos de cultivo" -tema que forma parte de "De la intensidad al sopor"- tal y como sucedió en ese concierto.
También tengo buen recuerdo de El Almazén de Bilbao, donde terminamos el concierto con una improvisación junto a David, de La Baldosa Flotante, y Samuel Cano, que creo que ahora anda con el proyecto Primordiales. También fue un bonito final que decidimos publicar en formato digital sólo durante la celebración del festival online de descargas BandsCamping que organizaron Autoplacer/Sindicalistas, a los que desde aquí doy las gracias por su apoyo y difusión.


Estáis todos bastante relacionados con otras parcelas artísticas. Para vosotros, ¿qué aporta la música que no lo hagan otras disciplinas?
La aportación más grande la veo en el hecho de formar parte de un grupo y no tanto en las diferencias que pueda haber entre la música y otras disciplinas. Las artes plásticas por lo general suelen ser resultado de procesos individuales, pero al igual que en la música existe la preocupación de ordenar elementos. Cuando formas parte de un grupo sucede lo mismo, aunque lo más importante es el diálogo que se establece entre los músicos que están tocando.


"De la intensidad al sopor" es el nombre de vuestro primer trabajo con la actual formación. ¿Cómo se va a distribuir y presentar este nuevo disco?
La presentación será el día 6 de Noviembre en la Sala Triángulo y tendremos el placer de contar con visuales de MD. Allí mismo venderemos el disco a un precio especial. 7€ entrada, 3€ Cd para todos los que vengan a vernos.
En cuanto a la distribución no hemos pensado demasiado en ello, de momento lo venderemos en los conciertos y veremos que otras opciones hay. Por otro lado subiremos el disco a Bandcamp para que la gente pueda escucharlo y comprarlo si le apetece.



Siendo unos artesanos, ¿en qué manera ha influido eso en la producción del mismo?
Todos nosotros tenemos una formación que ha ayudado a la producción del disco. Ricardo, Jose y yo venimos de Bellas Artes, fue allí donde nos conocimos. Christian viene del diseño y Peter del sonido. El disco lo grabamos en una madrugada en SAE y el resto nos lo hemos currado todo nosotros, presentando alternativas y hablando mucho sobre todos los aspectos del proyecto.
Jose y Christian han estado muy metidos en la organización, contactos, lugares para tocar, difusión, un poco en todo...

Del diseño y packaging se encargó Ricardo y yo quería seguir ocupándome de las mezclas, aunque esta vez con muchísima ayuda de Peter (que sí es profesional del sonido y de la paciencia) he podido solucionar unos cuantos problemas que han ido surgiendo durante el proceso de mezcla.
He aprendido mucho sobre lo que no tengo que volver a hacer y sobre todo he tenido total libertad, que es lo más importante.
El resultado final es una mezcla de los temas originales, remezclas y nuevos temas hechos a partir de las grabaciones de estudio a modo de collage. También se pueden escuchar algunas grabaciones de campo, audio extraído de pelis y otros enviados desde Taipei, aunque esta vez con mucha menos presencia que en el álbum "Strange dumpling cheeks".



 

El arte de la música

Lucas Bolaño comenzó hace tiempo su aventura sonora como Experimental Little Monkey, un proyecto que se escapaba de las etiquetas fáciles y que a modo de collage sonoro reflejaba las variadas inquietudes de un joven que rompía las fronteras entre diferentes mundos del arte, mostrándonos que tales barreras son simplemente formales y que no existen en su esencia. Han pasado unos años y ahora está acompañado de 4 músicos más, con lo que sus aventuras sonoras pueden transportarse fielmente a un escenario, o a cualquier lugar que sea necesario.



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