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¿Cómo puede un grupo que actúa todos los domingos desde hace ya muchos meses en un local muy conocido de Madrid llenar la Sala Sol en un evento sin gran apoyo promocional y en el que se podría suponer que van a ofrecer un espectáculo no muy diferente al que interpretan todas las semanas en su lugar de residencia? 

Pues por la misma razón por la que a pesar de ver a un amigo todos los días en el trabajo nunca te perderías la cena especial que ha preparado el Sábado en su casa para los conocidos más íntimos.

Y precisamente de esos se vio ayer que Cosmosoul tiene muchos.



La sala estaba repleta desde el comienzo del concierto, que se retraso por esa "media hora de cortesía" que es ya un clásico en los bolos de la capital, y el aforo estaba formado casi en su totalidad por treintañeros (que me perdonen los más jovenes y que disfruten del halago los mayores) de aspecto formal. Se podía ver también a bastante músico entre los asistentes.



El ambiente de la Sol en su horario de actuaciones difiere bastante de la orgía de funk y copas radioactivas que supone la fiesta nocturna. Durante los conciertos es más bien un marco entrañable y con solera; casi un seguro de disfrute para el público:

-"¿Dónde es el concierto?"

-"En la sala Sol"

-"¡Ahhh!...la Sol mola..."



Pero el grupo se lo tiene que currar, claro. Y Cosmosoul la verdad es que se lo curran mucho.

Alana cambió, si no me falla la memoria, hasta tres veces de vestuario. Sergio, el teclista, llevaba un set que poco tendría que envidiar a una sala de controles de la NASA. Y las coristas tenían su coreografía bastante preparada. Todo muy digno de agradecer porque se traduce en respeto y consideración por el público, que, siempre sabio, lo supo apreciar.



En lo referente a lo musical, una primera parte muy precisa en cuanto a ejecución aunque quizá un poco tímida en actitud contentó a los asistentes que se dejaban llevar por todas las propuestas que iba ofreciendo la banda.

Pero fue en la segunda mitad cuando el carisma de los 5 músicos brilló en su totalidad, con varios momentos memorables como la canción de Akin a la guitarra y sus posteriores coros en uno de los bises, o alguno de los destellos geniales de Abel a las 6 cuerdas.

La joven vocalista demostró que tiene soltura tanto en los pasajes íntimos como en los que hay que levantar al público a base de fuerza en el micro y garra.

La colaboración de Frank T, que rimó acompañando a Alana un tema con mensaje racial, fue más breve de lo esperado pero dejo un agradable sabor de boca.



Una buena noche (según una de las asistentes tendría que haber durado hasta las 6 de la mañana) que sigue confirmando a Cosmosoul como una formación que piensa a lo grande, que se toma muy en serio lo que hace y que tiene un buen número de seguidores que disfrutan con sus directos y están dispuestos a apoyarles si se mantienen en esta línea.



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COSMOSOUL - Sala Sol 5/10/12

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